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 de 2021


   
Premios recibidos por Margarita Lalor Cavanagh
Discurso de Margarita en la entrega de premios Sentido de la Vida
Acto de Entrega del Premio
“El Sentido de la Vida”
Margarita Lalor,
 
Lic. E. Pérez Soto,
P. Mamerto Menapace,
P. Guillermo Marcó,
Dr. Santiago de Estrada

   
 El Sentido de la Vida (Discurso de Margarita)
 
¿Qué significa el sentido de la vida para mí? Vaya pregunta. TODO. Y ¿por qué todo?
Porque la vida sin sentido es un desperdicio y no vale la pena vivirla.
¿Cuándo comenzó a adquirir sentido mi vida? Fue el resultado de una búsqueda larga y encarnizada.
Y Jesús, esperaba.
Los cuestionamientos empezaron junto con la enfermedad a los 22 años. Hasta entonces yo “la tenía clara”
Quería respuestas precisas e instantáneas. Investigando los Evangelios una frase me impactó: “Mi yugo es suave, y mi carga, ligera”
Leía, releía y no había caso, para mí era “chino básico”. Se habían equivocado ¡porque el yugo pesaba toneladas y la carga otro tanto!
Y Jesús; esperaba.
¿Cuánto tiempo me tomó llegar a comprender esta frase del Evangelio? Años de luchas internas, de rebeldía, de lástima por mí misma, de ocultarme tras “el ruido” para aturdirme, de evitar los pensamientos profundos como quien huye de la “luz mala”, de discutir con quien pudiera y de volverlo loco a mi confesor. También trataría de alejarme de mis creencias. En realidad, intenté todo.
Y Jesús; esperaba.
Solo cuando caí de rodillas en tierra, porque no podía más con mi persona,
Solo cuando dije: “Sea, hágase tu voluntad y no la mía”,
Solo cuando exclamé: “Señor, cuándo, cómo, y hasta dónde Tú quieras”,
Sólo cuando “me zambullí” sin reservas en los brazos de Dios Padre,
Sólo allí comprendí QUE MI VIDA TENÍA SENTIDO, Y SUPE CUAL ERA MI CAMINO.
Me di cuenta que discapacitando mi cuerpo, capacitó mi alma.
Porque tenía preparada una misión especial para mí. Comprendí que no había perdido nada, sino que había encontrado TODO.
Porque Jesús me ama.
Cesaron las dudas, las luchas internas y las tremendas rebeldías.
Y con la aceptación de la voluntad de Dios, llegó una paz indescriptible, renació la fé, sobrevino la esperanza y una maravillosa sensación de sentirme querida.
Porque Jesús me ama.
Y por eso me encomendó que transmita Su Amor.
Y por eso me dio la vida que es magnífica.
Y por eso me dio tanto.
Y por eso soy libre, y por eso soy feliz.
Y ahora por ser feliz, me dan un premio ¡bienvenido sea!
 
29 de septiembre de 1999
Premio Sentido de la Vida.

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